A veces, las recetas que utilizamos para generar motivación sólo alcanzan a ser llamaradas que se van enfriando hasta quedar como al principio, con la desventaja adicional de que las personas desconfiarán de nuestros próximos intentos de motivación.
Los seres humanos pasamos la mayor parte de nuestra vida construyendo un ambiente de seguridad al que conocemos como zona cómoda; el riesgo es que no percibimos que, al igual que nuestro entorno, la zona cómoda también sufre mutaciones que la alejan del confort inicial que nos hacía sentir y entonces ¡Peligro!