Para dar una negativa y que esta sea tomada como definitiva, se necesita tomar decisiones y ser consciente de ellas; tener argumentos y aportar soluciones efectivas.
¡Qué interesante sería poder leer la mente de los demás! O al menos poder darse cuenta de los verdaderos sentimientos de las personas con las que interactuamos todos los días.
A veces, las recetas que utilizamos para generar motivación sólo alcanzan a ser llamaradas que se van enfriando hasta quedar como al principio, con la desventaja adicional de que las personas desconfiarán de nuestros próximos intentos de motivación.
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